La noche boca arriba
A mitad del largo zaguán del hotel pensó que debía ser tarde, y se apuró, a salir a la calle y sacar la motocicleta del rincón donde el portero de al lado le permitía guardarla. En la joyería de la esquina vio que eran las nueve menos diez; llegaría con tiempo sobrado adonde iba. El sol se filtraba entre los altos edificios del centro, y él — porque para sí mismo, para ir pensando, no tenía nombre — montó en la máquina saboreando el paseo. La moto ronroneaba entre sus piernas, y un viento fresco le chicoteaba los pantalones.
CORTÁZAR, Julio. Final del juego. Madri: Alfaguara. 2002.
No trecho do conto de Julio Cortázar, a expressão “se apuró” evidencia que o personagem